Situado en la planta superior de un edificio racionalista en el corazón de Elche, este ático reformado de 110 m² organiza su programa funcional a lo largo de una envolvente orientada al norte y al este, permitiendo una óptima captación de luz natural. La propuesta se articula a partir de un lenguaje sobrio, donde la elección de materiales neutros —porcelánico de gran formato, carpintería de aluminio y madera natural— subraya la continuidad visual y la calidez ambiental.
La cocina, entendida como eje estructurante de la vida doméstica, se integra en una secuencia espacial abierta junto al salón-comedor, generando un espacio fluido y polivalente. La zona de noche alberga tres dormitorios exteriores, todos con armarios empotrados; el principal dispone de baño en suite y vestidor. La vivienda combina confort contemporáneo, eficiencia térmica y diseño intencionado, culminando en unas vistas abiertas hacia los hitos patrimoniales del casco histórico de la ciudad.