La casa típica de esta zona era la propia del modesto labrador: vivienda de planta baja, estructura rectangular, cubierta a dos aguas realizada con teja alicantina, con una gran porxà en la fachada principal, y construcciones posteriores para los animales.
La noble iniciativa de este proyecto es la recuperación, conservación, y puesta en valor de una vivienda centenaria testimonio de la tradición agrícola y arquitectónica del campo rural de Elche.
